Un domingo de ensueño

​Pasó de nuevo, exactamente igual. Encontró a sus amigos y yo quedé olvidado. Bueno, la posibilidad de un futuro desquite mitiga mi desazón. Yo entraré a la obra «Una mañana con la Nettel» y me consuela saber que no estoy solo. Hay, al menos, otros cincuenta papás en las mismas.